Chat Jibanezo

miércoles, 24 de febrero de 2010

China Maria "No sabes valorar" Vol 08

Tras el fogón de su cocina la niña María tenía un refugio para cantar y ensayar todas las canciones de la época. “A mi familia al comienzo les gustaba escucharme cantar. Pero luego se cansaban porque cantaba mucho, todo el rato estaba con una canción en la garganta. Recuerdo que mi hermana Lourdes me regañaba. Ya no cantes me decía”.
De ese primer escenario familiar, María dio un salto a otro entarimado más importante para su corta edad. “Era el 13 de mayo – día de la Virgen María –cuando salí a cantar un carnavalito y otras canciones en una actuación por el aniversario de mi escuelita”.Las palmas y alegría que la noble intérprete consiguió esa vez le hicieron abrigar las esperanzas de ser en adelante una cantante como “Paisanita Ancashina”, “Jilguero del Huascarán”, “Pastorita Huarasina” y otras a quienes inicialmente admiraba. Sus añitos no hacían presagiar la figura en la que se iría a convertir más adelante. “Desde niña me gustaba el género de “Paisanita Ancashina” de quien aprendí sus canciones y las cantaba en donde me tocaba la suerte de presentarme”Pronto encontró su siguiente escenario. “Era la serenata a Curahuasi, un 24 de noviembre que canté y pude comprobar que mi pueblo se sorprendía por nuestro canto y nuestra edad, porque éramos apenas unas niñas. Nos aplaudieron tanto que la alegría de esa respuesta me duró por muchos días, era tanto el contento que ya me imaginaba cantando en otros lugares”.No paso mucho tiempo para que el destino le enseñara a María Cuéllar Ávalos que su futuro estaba en Lima. Allí donde los cantantes se demostraban en los escenarios mucho más críticos.
Como no podía ser de otra manera, su primer escenario en la capital fue el patio del colegio Teresa Gonzáles del Fannin en Jesús María.“Estaba estudiando y se presentó la oportunidad de una actuación estudiantil y me apunté para cantar. Parece que les gustó a todos porque me felicitaron. Más adelante me tocó mi primera gran presentación en Lima, en un evento que organizó la ASPA en Surquillo, acompañada por el marco musical de “El Sureñito” en 1977”.
Eran los inicios de la década que cambió el rostro de Lima, con las masivas migraciones. Habían un poco mas de oportunidades en la radio para la música andina. María – quien todavía no era la celebre “China” – estaba atenta a los eventos que promocionaba las emisoras para los fines de semana. “Iba seguido al local Tagore, al Coliseo del Puente del Ejército, Mis Huaros Querido, entre otros locales, para ver a los cantantes de la época. Para mi eran inalcanzables, pero al corto tiempo empecé a compartir escenarios con ellos en Lima y provincias.”
Las estrellas con “Pastorita Huaracina”, “Los Errantes”, “Los Reales de Cajamarca”, Vilma Pajuelo, “Jilguero del Huascarán”, entre otros, estaban al alcance de un apretón de manos y de un saludo respetuoso; en ese tiempo no se estilaba todavía el besito en la mejía. La alegría de María se incrementaba porque su sueño “de ser artista como “Paisanita Ancashina” se estaba cumpliendo.Poco tiempo después conoce a un grupo de jóvenes talentosos que hacían música andina y de entre ellos empezó a destacar Juan Pipa, con quien luego conjuga ideas, acciones y pasiones que los llevarían a convertirse en la pareja musical más prometedora de ese momento.
Las presentaciones empezaron a sucederse. Algunas eran en las radios, otras en público y pronto empezaron las giras. “Al comienzo solo acompañaba a las caravanas encabezadas por otros artistas de éxito. Al corto tiempo empecé a encabezar todas las giras que hacíamos y para los eventos que me contrataban.”
Su primera grabación llegó en 1981 y con el también su nombre artístico: “China María” y el autor de tanto esfuerzo fue Heriberto Ramírez, dueño de Discos El Puerto. Desde ahí María Cuéllar Ávalos dio paso a “China María” un nuevo personaje que poco a poco se ha ido ganando el engreimiento de los pueblos profundos de nuestra patria. El público empezó a distinguir que la música que “China María” hacía con Juan Pipa era algo distinto a lo que normalmente se escuchaba. Todavía no estaba del todo perfilado el estilo que hoy tiene nombre propio, pero en esa época no había forma de advertirlo tan de inmediato. La vestimenta que ella lucía, la guitarra que Juan ejecutaba, era algo distinto a las demás. “En una de la giras por el sur en 1983 cumplimos actuaciones por varias ciudades y como estábamos cerca de nuestro pueblo fuimos a visitar a una tía en Apurímac. Nos encontramos en la calle con Ántero Quispe, dueño de radio Apurímac y nos pidió que hiciéramos una presentación el domingo en la plaza del pueblo. Era miércoles. Temíamos que no hubiera gente.Por respeto a mi pueblo me presente con vestimenta abanquina, pero a media función el público pidió que me pusiera mi traje artístico usual. La presentación fue un éxito rotundo”.
La gente acompañó a los jóvenes artistas por las calles del pueblo hasta la puerta de la tía. Los ojos sabios del pueblo sabían que tras esa vestimenta y esas sonrisas juveniles estaban los dueños de un nuevo estilo musical que hoy el país goza en diferentes partes.
El resto es historia conocida. A mucho esfuerzo continuaron sus presentaciones, hicieron juntos un sello musical que se ha convertido en el símbolo del huayno con requinto. Se han granjeado de un nombre respetable a base de esfuerzo y trabajo “y no de marketing”.Han hecho una nueva generación de jóvenes músicos y cantantes que les siguen los pasos; entre ellos, uno que es propio, que es sangre de la sangre de ambos y que es a la vez un obligado a enriquecer y desarrollar, aún más, el trabajo de sus padres: Percy Pipa Cuéllar (Fuente: Rincon del Huayno. www.rincondelhuayno.com/paginas/china-maria.htm).
CANCIONERO
01 no saben valorar
02 Otra vez llegastes borracho
03 No me amenaces
04 Hijo mio
05 A Mario mendoza
06 Santiago fiesta tradicional
07 Quinientos amores
08 Vuelve amor
09 Cantinero
10 Hombre malo
11 Asi es la vida
12 Creido.
CD COMPLETO

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